CLIMA
Los climas de tundra normalmente se ajustan a la clasificación climática de Köppen ET, lo que significa un clima local en el que al menos un mes tiene una temperatura promedio lo suficientemente alta como para derretir nieve (0 °C), pero ningún mes con una temperatura promedio superior a 10 °C (50 °F), por lo que grandes extensiones se convierten en pantanos (turberas); esto sucede por el deshielo y porque los suelos no permiten que se filtre el agua, debido al permafrost, que favorece la solifluxión
En zonas cercanas, en torno a los círculos polares, donde los inviernos son extremadamente fríos y los veranos cortos y frescos, se tienen lluvias ligeras en verano y nevadas el resto del año. Su clima polar propicia que durante los largos inviernos la temperatura permanezca en promedio a −28 °C y que el terreno esté cubierto por hielo y nieve.
A pesar de la diversidad potencial de climas en la categoría ET que involucra precipitación, temperaturas extremas y estaciones húmedas y secas relativas, esta categoría raramente se subdivide. Las precipitaciones y nevadas son generalmente leves debido a la baja presión de vapor del agua en la atmósfera fría, pero como regla la evapotranspiración potencial es extremadamente baja, permitiendo terrenos pantanosos y turberas incluso en lugares con precipitaciones típicas de desiertos de latitudes medias y bajas. La cantidad de biomasa de tundra nativa depende más de la temperatura local que de la cantidad de precipitación.
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